Mirando por el ordenador encontré una carpeta con fotos del entorno de la Puebla de Fantova, algunas de ellas eran de nuestra especial piscina natural en la que pasamos las tardes del verano, todas las que se puede.
Este lugar es el barranco del Molino, todas las tardes convencíamos a un padre para que nos acercara y poder pasar la tarde chapoteando en el agua, intentando hacer presas con piedras y hiervas con el fin de que aumentara el nivel de agua de las pozas e incluso cogiendo renacuajos para llevarlos a casa, eso si, solo en la poza de arriba ya que bajar a la otra resulta un poco complicado. Con el tiempo ya nos dejaban ir solos al barranco e ir a la poza de abajo, así como excursiones barranco abajo o barranco arriba en busca de pozas más grandes, en el caso de encontrarlas tirar de ingenio para conseguir llegar a ellas.
Siempre me han dicho que antes, hace bastantes años, las dos pozas más comunes tenían mayor profundidad de la que tienen ahora y que bajaba por el barranco mucha más agua de la que baja. Todos los veranos, cuando aun baja el agua fresquita, mientras me relajo en las rocas, escuchando correr el agua y a los pájaros y animales, pienso que podríamos intentar recuperar esas pozas que poco a poco se cierran mas y mas.
Bajando este barranco, encontramos el molino un edificio de piedra, fue uno de los más importantes de la comarca por sus múltiples funciones, como moler el grano, moler olivas, hornear pan y de central hidroeléctrica que generaba luz para los pueblos que le rodean. El edificio principal se mantiene, el paso del tiempo ha hecho estragos con la antigua almazara
Hay épocas del año, como en otoño o invierno, que este lugar que tanto apreciamos los de la puebla, donde hemos pasado todos tantas tardes entre risas y juegos, que deja unas imágenes, para mi únicas, y que quiero compartir con vosotros.